Todos los seres humanos tenemos por lo menos cinco sentidos que conozcamos. Vista, oído, gusto, olfato y tacto. Sin embargo, hay un sexto sentido. ¿Que cuál es? En realidad no tiene nombre, aunque sí poseedores. O debería decir: poseedorAs. Todos las conocemos porque todos tenemos una. Son las madres.
Las madres tienen un sexto sentido. Es un sentido indescriptible, pero que absolutamente todas gozan de él. No se sabe muy bien cómo lo van desarrollando y hasta dónde puede llegar, pero ahí está. Las características de este sentido sin nombre son de sobra conocidas:
- Capacidad innata para saber qué está haciendo tu hijo exactamente cuando parece que trama algo.
- Poder de diferenciar si el hij@ en cuestión está diciendo toda la verdad, la verdad a medias o una gran mentira.
- Temerse que un hijo está en peligro aunque esté en EEUU y que realmente lo esté.
- Saber si un hijo ha estudiado algo o nada solo con mirarle a los ojos.
- Capacidad de engañar a los hijos a su favor para que le hagan favores o tareas de la casa que no harían ni pagados.
- Conseguir que al final siempre se hace lo que ella diga y quiera. Bien sea a base de enfadarse (falsamente, es un teatro) o de argumentos que parecen magníficos, siempre consiguen que el plan que se haga sea el suyo.
- Tener SIEMPRE la razón. Pero siempre, siempre.
Todas estas características (y en realidad muchas más) son pequeños poderes que les aporta ese sexto sentido cuyo origen permanecerá misterioso durante toda la vida. Pero vamos, este sentido es absolutamente verdadero e indiscutible porque todos lo sufrimos a diario.
Bernal A.
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